A lo largo de nuestra vida tenemos cuestionamientos como: ¿Qué hago aquí? o ¿Por qué estoy aquí?… pasamos por diferentes etapas que nos hacen dudar de quienes somos y todo radica en que nos cuesta la idea de convivir con nosotros mismos, no nos conocemos y sobre todo no nos atrevemos a hacerlo.
Tomemos en cuenta que los próximos 30 o 50 años que viviremos, tendremos que lidiar con nuestra esencia, carácter, ilusiones, desilusiones y todo lo que implica tener una vida. Lo cierto es que nos cuesta trabajo estar solos. Vivimos en un mundo lleno de estereotipos, en el que intentamos sobresalir todo el tiempo, a esto añadiendo la “perfección” que queremos mostrar en las redes sociales, lo que nos hace vivir en constante estrés.
Si, por increíble que parezca o que no queramos aceptarlo nos preocupamos tanto por subir la foto del millón de likes, tener mayor número de followers y mostrar nuestros mejores momentos en las stories que nos olvidamos de lo que es vivir. Pero… ¿Qué pasaría si una parte del tiempo que le dedicamos a todas estas apariencias lo utilizáramos para nosotros? Difícil pregunta ¿verdad? Te aseguro que si lo intentas te va a encantar. Somos nuestra mejor inversión.
Regálate 1 hora de estar contigo, de descubrir que te gusta, que te hace feliz, encuentra esa actividad que te de paz, que te divierta. Si cambiamos nuestra imagen de nosotros mismos, pero seguimos igual, habrá un abismo gigante entre quiénes somos y quiénes pensamos que somos.
Quizás nos parezca un poco absurdo e irreal, pero enfocarte en ti hará que transmitas lo que realmente eres y tu esencia saldrá a relucir más que un simple post.
Por Cristina Peña